
No podemos pensar que el entrenamiento de un corredor de fondo sea algo tan simple como aplicar sencillas fórmulas que combinen rodajes y series para conseguir resistencia y velocidad.
Entrenar la carrera de fondo es una realidad mucho más compleja en la que si queremos conseguir una verdadera mejora, hemos de tener en cuenta infinidad de parámetros y variables. No se puede caer en simplificaciones tales como que un plan de entrenamiento por muy bueno que sea valga para cualquier corredor. Es fundamental entender que somos muy diferentes unos de otros, que cada individuo posee unas condiciones proporcionadas por su genética particulares, que dota a unos más que a otros para los esfuerzos de larga duración, como son las carreras de fondo, y que respondemos de forma muy distinta a los estímulos que aportan los entrenamientos.
A la hora de programar de forma sería el entrenamiento de un fondista, es imprescindible manejar parámetros como el Vo2máx (consumo máximo de oxígeno), el umbral anaeróbico, la Fcmáx (frecuencia cardiaca máxima), etc., necesarios para cuantificar la intensidad de las cargas de entrenamiento.
Resulta difícil pensar en la actualidad, teniendo en cuenta las enormes exigencias del deporte de alto nivel, que pueda haber algún atleta de elite que no programe sus entrenamientos en base a estos parámetros, o que no utilice algo ya tan común como un pulsómetro para controlar sus ritmos de entrenamiento. En definitiva, llevar un exhaustivo control de la intensidad y del volumen de trabajo, aprovechando lo mucho que ha avanzado tanto la ciencia aplicada al deporte como la tecnología.
Pues aunque parezca extraño, al igual que en deportes “hermanos” como son el ciclismo o el triatlón es impensable que un corredor no controle de forma minuciosa cada esfuerzo con su pulsómetro o un potenciómetro, o no conozca cuál es su umbral anaeróbico, dato imprescindible para programar la intensidad de un entrenamiento, en el atletismo, existe una cierta reticencia a dejarse llevar por los designios de la ciencia, y sin embargo se sigue dejando a la intuición del corredor, algo tan importante como los ritmos de entrenamiento.
Seguro que entrenando a “ojo” se puede llegar a mejorar y podríamos encontrar cientos de ejemplos de grandes corredores que no se han puesto un pulsómetro en su vida y ni siquiera se han hecho una prueba de esfuerzo o no han aplicado los datos aportados por esta en la planificación de su entrenamiento, pero ¿qué habría ocurrido si lo hubiesen hecho?, quizás habrían evitado una lesión importante, simplemente con el control de su frecuencia cardiaca, o mejorado su rendimiento e incluso su carrera deportiva al entrenar a sus ritmos adecuados en cada momento.
Todo ello, por supuesto en su medida, es aplicable al corredor popular que igualmente se puede aprovechar y beneficiar de los aportes y conocimientos científicos a la hora de optimizar su entrenamiento.
Como habréis podido deducir, me considero defensor a ultranza de utilizar todo aquello que proporcione conocimiento y control al entrenamiento y contrario a todos aquellos que ponen en tela de juicio la validez de entrenar en base a criterios científicos utilizando las herramientas que la tecnología actual pone en nuestras manos. Solo de esta manera podremos, evolucionar, mejorar y aportar experiencias válidas que hagan avanzar las técnicas de entrenamiento.
Seguramente muchos de los que leáis esto, corredores casi todos populares, la mayoría sin entrenador, estaréis de acuerdo conmigo en esto de controlar lo que hacemos, de entrenar apoyándonos en parámetros científicos, pero os preguntaréis cuales son estos métodos, y sistemas, si están al alcance de un corredor popular, como podéis controlar vuestros entrenamientos, y como aumentar la eficacia y seguridad de estos.
Próximamente os mostraré y explicaré como podéis utilizar de forma sencilla estos métodos con el fin de optimizar vuestro rendimiento, persiguiendo en definitiva que aprendáis a manejar las herramientas para que consigáis conoceros lo mejor posible y poder disfrutar al máximo de la carrera, objetivo final de todo corredor o corredora sensata.
Estos son los puntos básicos sobre los que se debe construir un entrenamiento eficaz y seguro:
- Explicación de conceptos básicos como Vo2máx (consumo máximo de oxígeno), umbral anaeróbico, Fc.máx (frecuencia cardiaca máxima), economía de carrera, resistencia aeróbica, etc.
- Realización de test para la definición de las zonas de trabajo, que básicamente serán tres, la aeróbica, la zona umbral y la anaeróbica. Dependiendo de los medios de que se dispongan, se podrán realizar diferentes test para la determinación de estas zonas de trabajo.
- Planificación del trabajo en función del objetivo perseguido.
- Control del trabajo utilizando parámetros como el pulso, el tiempo, distancia recorrida, etc.
- Análisis y conclusiones de los resultados del entrenamiento.