Correr a priori puede resultar sencillo, solo son necesarias unas zapatillas, una vestimenta básica que sea lo suficientemente cómoda, una calle, un parque, campo o camino y sobre todo, ganas y motivación.
Que correr sea un gesto sencillo, sin grandes componentes técnicos, e incluso natural en el ser humano y exento de riesgo, facilita mucho las cosas.
Esta aparente sencillez es la que empuja a la mayoría de los potenciales corredores a calzarse por primera vez las zapatillas y aventurarse a realizar kilómetros solos o acompañados.
¿Pero realmente es tan sencillo correr? En mi opinión la respuesta es sí y no. Después de muchos años corriendo y otros muchos como entrenador, he llegado a la conclusión de que correr puede ser sencillo si se hacen las cosas bien, o realmente complicado si se hacen mal. Correr no parece muy complicado, pero repetir cientos de miles de impactos contra el suelo puede convertirlo en una actividad de cierto riesgo para el cuerpo.
Por ello un deporte tan sencillo y natural puede tener consecuencias negativas si no se cumplen unas mínimas pautas y de ello te das cuenta después de haber observado y trabajado con cientos de corredores y como no, después de haber recorrido infinidad de kilómetros.
Los Tres Pilares del Entrenamiento
Resulta lógico pensar que para que un corredor se forme y aprenda a correr con seguridad, las prisas nunca serán un buen aliado, siendo la PRUDENCIA, LA PACIENCIA Y LA CONSTANCIA los tres pilares sobre los que se habrá de apoyar para lograr el éxito.
Mi máximo objetivo como entrenador ha sido, es y será conseguir que todos aquellos que quieran correr, sean principiantes o veteranos, lo consigan de tal forma que sean estos tres pilares la clave de su progreso y les permitan disfrutar de la carrera de forma segura y sin riesgos.
Elegir bien las zapatillas, entrenar de forma prudente pero constante, cuidar la técnica de carrera y otros puntos complementarios del entrenamiento (fuerza, elasticidad…), compaginar el entrenamiento con hábitos saludables, serán aspectos fundamentales para que un corredor sea feliz.
Confieso que he sido muy feliz corriendo ya que, para empezar, tuve la suerte de aprender de gente sensata y conocedora de este deporte que en su día me transmitieron valores relativos a los pilares básicos a los que antes hacía referencia. Solo he dejado de ser feliz cuando he olvidado o ignorado alguno de estos preceptos y como consecuencia me he lesionado.
A tener en cuenta
Por tanto, como declaración de principios, mi objetivo como entrenador es transmitir los suficientes conocimientos y valores a los corredores para que desarrollen su actividad de forma sensata y segura, respetando y mejorando la salud, con el fin último de llegar a ser felices corriendo.
Entrena de forma cómoda, segura y científica
Planificación del entrenamiento en función de cada uno